Sostener la creatividad
en una industria acelerada


Por Angely Báez, Mayo 18, 2025


Sostener la creatividad suele ser un reto. Es fácil perder el rumbo cuando nos arrastra el caos del día a día. Según nuestra realidad—ya seamos madres, parejas, emprendedoras o simplemente navegando la complejidad de nuestro entorno—hay incontables distracciones. La cultura, geografía, economía y la política moldean nuestras jornadas. A veces, recibimos noticias desalentadoras. El miedo a lo desconocido se cuela. Los cambios amenazan la estabilidad que tanto nos ha costado construir.

Para mí, reconectar con mi yo creativo significa apartar tiempo para lo que nutre mi alma. Necesito silencio para recargarme. Quietud para leer algo que me estimule, no solo por trabajo (como en mis narraciones de audiolibros), sino por inspiración. La música es una gran vía de escape. Busco a mi comunidad de artistas, esos que hablan el mismo lenguaje de la creatividad, que me ofrecen nuevas perspectivas y me retan a crecer.

Me escapo a la playa. Ese es mi elemento. Me relaja, me permite desconectarme del estrés diario y volver a ese lugar alegre dentro de mí donde habita la inspiración. Nutrir el alma es esencial, y también lo es rodearnos de personas que nos hagan mejores. Los soñadores. Los valientes. Los creadores llenos de fe. Los que nos alientan a ser más, no solo a hacer más.

Como artistas, muchas veces pasamos por alto el lado empresarial de nuestras carreras. Las tareas poco inspiradoras, a veces tediosas, son una parte necesaria de lo que hacemos. La inspiración no siempre llega a tiempo. Debemos cultivar disciplina para hacer lo que se debe hacer, incluso cuando no tengamos ganas. A veces desearía poder agregarle horas al día, intentando hacer más de lo que humanamente se puede. Y es entonces cuando uno se da cuenta de que el equilibrio en sí mismo es un arte.

Hace apenas un mes, la República Dominicana vivió el evento más devastador por error humano en su historia reciente. El colapso del centro nocturno más importante del país causó la muerte de 235 personas, cientos de heridos, y dejó a toda una nación de luto. Se declararon seis días de duelo nacional. Perdí amigos. Colegas. Pero quizás la lección más profunda fue darnos cuenta de lo interconectados que estamos—todos conocían a alguien que había perdido a alguien.

El aire era denso. Esto ocurrió justo en medio de la grabación de un audiolibro. Al día siguiente de la tragedia, entré al estudio y mi ingeniero de sonido y yo hicimos una pausa para llorar antes de comenzar a trabajar. Así de cargados estaban esos días. En momentos así, el amor por lo que haces, la responsabilidad y la disciplina se entrelazan para sostenerte cuando el alma no puede.

Pausar es necesario. Los plazos y los ritmos acelerados no siempre nos lo permiten, pero incluso tomar unas horas para reconectar con nuestra humanidad—con la compasión, con la fragilidad de la vida—puede marcar una gran diferencia. Recordarnos por qué hacer lo que amamos es absolutamente necesario.

Una de las lecciones más valiosas que aprendí—con el tiempo y la terapia—es que está bien parar. Puede sonar simple, pero—para alguien que siempre está en movimiento, trabajando, siendo productiva—el descanso muchas veces llega disfrazado de culpa. Culpa por todo lo que “deberíamos” estar haciendo.

Duerme. Camina. Toma el sol. Desconéctate de la tecnología y desintoxica tu mente, aunque sea por unas horas. Busca alegría en cosas no relacionadas con tu carrera. Ve al cine. Habla con una “persona vitamina”, alguien que te levante el ánimo. Lee. Ve al teatro. Haz ejercicio. Canta. Medita. Haz lo que necesites para recargar tu alma.

Una vez leí que sentirse abrumado es a menudo una señal de que estamos creciendo, de que estamos saliendo de nuestra zona de confort. Solo necesitamos darle tiempo al cerebro para adaptarse y procesar. Esa perspectiva lo cambió todo para mí.

Si te sientes estancado o agotado creativamente, recuerda esto: tu alma necesita tanto cuidado como tu talento. No se puede dar desde una copa vacía. Y tu mejor trabajo siempre nacerá de un lugar que esté vivo dentro de ti.

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Angely Báez es una artista de la voz y narradora multipremiada de la República Dominicana, reconocida por su rango dinámico, calidez y profundidad emocional. Con más de 20 años de experiencia, está especializada en locución comercial y narrativa, maestrías de ceremonias, oratoria e interpretación simultánea. Ha prestado su voz a innumerables comerciales, audiolibros, identificaciones radiales y campañas para clientes nacionales e internacionales en América Latina y Estados Unidos.
Como cofundadora de Locución Santo Domingo, la primera conferencia internacional para profesionales de la voz en la República Dominicana, y siendo la única dominicana y latina embajadora internacional de la Society of Voice Arts and Sciences (SOVAS®), Angely representa el vibrante talento de su región en escenarios globales. Apasionada por la narración, la representación cultural y el impulso de nuevas voces, su trabajo está profundamente enraizado en la autenticidad, la conexión y el alma. Webwww.angelybaez.com   Instagram   LinkedIn

 


 

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